Estimados compañeros;

Es una pena que las políticas en nuestro país estén cada vez más alejadas de la gente, de sus necesidades y realidades. Un gobierno ciego a conveniencia deja de ver lo que no le conviene y sorprendentemente tiene visión nítida para ver aquello que le sirve como "argumento" para justificar sus políticas educativas.

El derecho universal a la educación tan traído al discurso a propósito del centenario de la promulgación de la constitución, se desdibuja en la realidad social, ¿A caso los niños y niñas de las comunidades rurales, de las comunidades indígenas, no tienen igualdad en derechos que los demás? ¿A caso las escuelas rurales no son el medio de transformación y mejora de las comunidades en que funcionan? ¿Es un acto de justicia arrancar a los niños de sus comunidades y enviarlos a otros sitios a estudiar, porque se cree que así se elevará la calidad educativa? ¿De verdad la concentración de escuelas ayudará a combatir el abandono escolar?

Hace catorce años soy maestra en una escuela unitaria, durante ese tiempo he reconocido el valor que la escuela tiene para la comunidad, lo que representa para la gente...su deseo de mejora, de evolución, de reconstrucción. El lugar en el que convergen las tradiciones, la riqueza de la cultura local y también lo nuevo, los conocimientos frescos, la construcción de mejores condiciones para los niños, para los adultos.

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