Prácticas de lectura y escritura en la era digital
Autor: Amanda Cano Ruíz·Línea de Investigación: Sureste
COMO BIEN SABEMOS, LA LLEGADA DE LAS TIC (TECNOLOGÍAS de la Información y la Comunicación) ha provocado cambios relevantes, profundos y diversos en la educación, tanto en los ámbitos formales como en los informales. En la actualidad, la situación más corriente en muchos lugares es la de concebir un curso cualquiera o un aula de clase con:
- Una plataforma digital, un Ambiente Virtual de Aprendizaje (AVA), un Entorno Virtual de Aprendizaje (EVA) o una Plataforma digital —según las variaciones terminológicas—, como Moodle u otros, que almacene la documentación administrativa del curso (listado de alumnos, sus correos, sus fotografías, listas de distribución creadas automáticamente, otros datos académicos) y la discente (programa del curso, calendario, tareas de aprendizaje, avisos del día a día, calificaciones, foros de discusión, etcétera);
- Unos materiales o contenidos didácticos (o el libro de texto tradicional), elaborados por profesionales de la educación, que pueden combinar varios componentes en papel y en digital;
- El aprovechamiento de los recursos inagotables de información (Wikipedia, WordReference, bases de datos digitales), de las aplicaciones gratuitas (buscadores, traductores, correctores) o de aplicaciones específicas de cada disciplina académica (simulaciones de laboratorio, demos de ciencias naturales, teoremas de matemáticas, mapas geográficos, cronogramas históricos, juegos lingüísticos, tareas autocorrectivas);
- El apoyo de alguna red social o de aplicaciones para dispositivos a todos los aprendices o a diversos tipos de grupos y subgrupos, con sus familias —si son menores— y que permitan enviar y recibir mensajes y adjuntos de modo inmediato y paralelo al desarrollo de las actividades centrales de aprendizaje (elaborar escritos, abrir webs, completar presentaciones), cada día más cooperativas, multimodales y complejas.
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